CIENTÍFICOS, AMBIENTALISTAS Y AUTORIDADES COMUNALES CRITICAN A LA EMPRESA
La concesionaria de la ex línea Sarmiento admitió a El1 que, para desmalezar, emplea glifosato, un potente agroquímico señalado como tóxico por especialistas y asociaciones ambientales. El vacío legal prima en la mayoría de los municipios y dificulta las tareas de control.
Por Melisa Marturano y Gaspar Grieco
Una amenaza silenciosa e imperceptible, casi invisible. Eso es lo que esconden los terrenos que atraviesan los ferrocarriles de la ex línea Sarmiento, medio de transporte que, diariamente, utilizan más de 300.000 pasajeros. Es que, para desmalezar esas parcelas, TBA, empresa concesionaria del servicio, rocía los terrenos con glifosato, un herbicida que puede acarrear graves consecuencias sobre la salud de quienes entran en contacto con él.
Aunque la empresa aplica el producto en zonas urbanas, el glifosato es un agroquímico pensado para ser usado en el campo. El problema es que estudios científicos recientes demostraron que este herbicida puede resultar nocivo para las plantas y los animales cercanos a los lugares en donde se utiliza e, incluso, para la salud humana.
“Las aplicaciones se hacen en las vías para evitar que se desarrollen malezas, que se compacte la piedra y que se tapen señales, lo que podría causar accidentes. La periodicidad en el uso es de veinte días, durante los meses más críticos”, esgrimieron a El1 desde TBA. “Los productos que utilizamos están autorizados por el SENASA y la Secretaría de Agricultura y la Organización Mundial de la Salud (OMS) no los tienen señalados como riesgosos”, completaron.
Siguiendo esta lógica, este medio se contactó con integrantes del Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), quienes negaron el argumento de la empresa ferroviaria. “SENASA no autoriza a emplearlo, sino que registra el producto, pero, luego, la aplicación corre por cuenta de quien lo usa, que tiene que cumplir con las condiciones adecuadas. Si TBA dice que SENASA autoriza el uso de glifosato, está mintiendo. No es un producto apto para zonas urbanas”, desmintieron desde ese organismo nacional.
Los militantes ambientales
En el caso del uso de glifosato por parte de TBA, la acción de la asociación civil Centro Oeste de Estudios Políticos y Socioambientales (COEPSA) fue protagónica. “Nosotros nos enteramos del problema con este tóxico porque se filtró en las napas que iban a parar a las cuencas de los arroyos, entonces, decidimos actuar”, explicó Adriana Córdoba, una de sus integrantes.
A raíz de estos descubrimientos, COEPSA presentó, en julio de 2009, un proyecto de ordenanza en Ituzaingó, Morón y Hurlingham para que se prohíba el uso de ese herbicida y de otros agroquímicos derivados.
“Como ONG, propusimos los fundamentos de esa ordenanza para generar conciencia en las autoridades, pero hay cosas que dependen de los Ejecutivos municipales y de distintas leyes nacionales y provinciales que, también, están durmiendo, porque no hay decretos reglamentarios para su aplicación”, criticó Córdoba.
Teniendo en cuenta esta situación, El1 dialogó con las comunas afectadas por las fumigaciones que se efectúan en los terrenos ferroviarios administrados por TBA. Ordenanzas inconclusas y un vacío legal constituyen el panorama general.
Merlo, situación incierta
En el municipio comandado por Raúl Othacehé, las indefiniciones dominan el panorama. A nivel local, el control lo ejerce una única patrulla, encargada de velar por la sanidad ecológica del Distrito.
“En este momento, ese móvil está realizando trabajos en Mariano Acosta, así que no está patrullando la zona ferroviaria”, contaron empleados de la Secretaría de Ecología, Medio Ambiente, Desarrollo Sustentable y Turismo.
“Hemos tenido denuncias por este problema, pero no pudimos encontrar a la empresa rociando el producto, que sabemos que es nocivo”, admitieron.
Asimismo, desde la misma dependencia municipal, deslizaron que el uso de la sustancia estaría prohibido por las ordenanzas 636/94 y 3.497/10.
Sin embargo, cuando este medio solicitó el acceso a esas normas, el municipio dilató la respuesta y, finalmente, nunca llegó.
Ituzaingó, en espera
La Comuna es una de las tres a las que llegó el proyecto de ordenanza para prohibir el glifosato, motorizado por COEPSA. Sin embargo, a pesar de que pasaron casi dos años desde su recepción, todavía se encuentra en estudio en el HCD, a la espera de un informe técnico pedido para su evaluación.
“De todos modos, no tenemos denuncias por rocío con glifosato, porque tampoco tenemos mucho terreno para que lo hagan”, aseguró Marcelo Chiaradía, subsecretario de Imagen y Comunicación local.
Morón, mentor de la prohibición
En diciembre pasado, la dirección de Políticas Ambientales, la dirección de Inspección General y el área de zoonosis frenaron una fumigación que TBA intentaba realizar en los terrenos ubicados en el Municipio, a pesar de que, desde 2009, el proyecto que COEPSA elevó al HCD local se convirtió en la ordenanza 11.990. Por lo tanto, el uso de glifosato no está permitido en Morón.
“A partir de esa situación, generamos un expediente y una notificación hacia la empresa aplicadora y hacia TBA que, en este momento, están en la Justicia de Faltas. Además, cada tanto, nos comunicamos con la empresa para recordarles que no usen el producto”, explicó a El1 Marina Parra, directora de Políticas Ambientales. “Lo que esperamos es que se deje de fumigar con este método”, resumió la funcionaria.
La Matanza, en busca de control
El HCD no sancionó ordenanzas que regulen el uso de la sustancia. Pero el Municipio ya ha sido blanco de fumigaciones con glifosato, por lo que las autoridades aseguran que planean una estrategia de control.
“No recibimos denuncias, pero estamos en vistas de hacer alguna intervención, porque hay un precedente que se descubrió, en 2009, durante una inspección. Estamos reuniendo expedientes para darles instrucciones a los inspectores”, aseveró Daniel Iglesias, secretario de Medio Ambiente y Desarrollo local.
Tres de Febrero, el eje de la polémica
En el territorio liderado por Hugo Curto, el uso del glifosato despertó una encendida disputa política. “No hay ordenanzas dado que, por la cantidad de producto que se emplea, no sería de alto riesgo contaminante”, aseveró a este medio José Basualdo, al frente de la dirección de Ecología y Medio Ambiente.
Sin embargo, la oposición critica la falta de acción oficial. “A partir de denuncias de los vecinos, que aseguran que suelen encontrar el pasto seco en los terrenos de las vías sin que hayan pasado jardineros, elaboré un proyecto para prohibir el glifosato, aunque nunca logré que se tratara”, relató el concejal por la Coalición Cívica, Rodolfo Knittel. Por ende, la iniciativa sigue en espera.
Carrasco: “Están priorizando el factor económico”
Andrés Carrasco es especialista en biología molecular, investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) y director del Laboratorio de Embriología Molecular de la Universidad de Buenos Aires (UBA). Pero, además, este científico, con una carrera de más de 30 años, fue quien, en 2009, confirmó el efecto letal que el glifosato causa en embriones. En diálogo exclusivo con El1, Carrasco explicó los alcances tóxicos de esta sustancia y criticó el “criterio desalmado” de la empresa al elegir este método de poda.
¿Cuál es el riesgo que puede ocasionar el uso del glifosato?
A mí me parece que no hay que jugar con estas cosas en zonas pobladas, porque se están usando sustancias que pueden producir intoxicaciones agudas y daños en lugares en donde no tiene ninguna justificación hacerlo. Es absolutamente innecesario y responde a una economía de recursos.
¿Por qué sería más económico?
Porque, así, necesitan menos gente trabajando y no utilizan maquinarias, ahorran dinero y lo hacen más rápido. Aquí, lo que aparece es que el factor económico es lo que prima. Se puede utilizar otros métodos, no hay necesidad de usar estos venenos.
¿Cuáles son los efectos que acarrea la sustancia?
La inhalación puede traer trastornos agudos y problemas respiratorios, de dermatitis y digestivos. Pero no solo el glifosato, también los otros herbicidas son potencialmente nocivos, dependiendo del grado de contacto que tenga una persona o un animal con ellos.
Sé de personas del Conurbano que han sufrido el impacto, que han visto cómo se destruyen sus jardines, y otras consecuencias que demostraban que, en esos lugares, se estaba empleando veneno.
¿Por qué la OMS no la tiene clasificada como riesgosa?
La OMS maneja la información que le proporcionan las grandes empresas encargadas de comercializar el producto. Ellos no tienen sus propios sistemas de evaluación de toxicidad; de hecho, el mismo Ministerio de Salud declaró, en algún informe, que no cuenta con más información que la que ellas le proporcionan.